Uno de los mayores atractivos de nuestro cabello reside en su color. De ahí la gran afición por utilizar tintes que lo hagan más vivo y realcen su “sex appeal”. Pero si no cuidamos el aspecto de las puntas, ni el mejor teñido lo librará de la resequedad.
Las horquillas o puntas partidas son uno de los peores daños capilares. Hay muchos productos que ofrecen controlarlas, pero la única forma de deshacerse de ellas es metiendo las tijeras. Así que en cuanto notemos la menor horquilla, lo mejor es cortarla un poco más arriba antes de que el cabello siga creciendo y el “tijeretazo” sea más drástico.
La aplicación de tintes es una de las causas del pelo horquillado por la gran cantidad de químicos con que son elaborados. Por ello se debe utilizar los que no contengan amoniaco y darle un reacondicionamiento extra a nuestra cabellera, sobre todo cuando es de tipo seco o rizado.
Precisamente el pelo seco requiere una cantidad especial de nutrientes a través de masajes capilares con productos naturales y una alimentación con un porcentaje adecuado de grasa (también natural).
De igual manera, hay que tener un cuidado especial al momento de secar el cabello. Luego de escurrirlo suavemente, hay que envolverlo con la toalla por un par de minutos y -sin frotar con la felpa- estirarlo para pasarle un peine de cerdas gruesas. Y en la medida de lo posible, evitemos usar la secadora porque el calor excesivo también es un agente dañino.
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